Artemisa se funda el 28 de abril de 1802 y comienza a poblarse con personas damnificadas del incendio de los barrios habaneros de Jesús María y Guadalupe. Su renglones económico inicial de mayor potencial fue la producción cafetalera y posteriormente la de azúcar, combinada en ambos casos con la ganadería.
El desarrollo económico y social artemiseño se vinculó desde sus comienzos con el régimen de esclavitud, trayendo como consecuencia sistemáticas manifestaciones de rebeldía esclava, destacándose en este orden la del cafetal el cafetal “Tentativa”, en 1827. La tradición de lucha de los artemiseños cristaliza con su participación en las conspiraciones independentistas de la primera mitad del siglo XIX, y alcanza su mayor esplendor en la Guerra del 95, con la llegada al territorio de la campaña invasora dirigida por Máximo Gómez y Antonio Maceo, resaltando figuras como Alberto Nodarse Bacallao (Patriota insigne del municipio), Magdalena Peñarredonda y el padre Gullermo González Arocha.
A lo largo de la neocolonia se mantuvo el espíritu de combate de este pueblo, principalmente en las luchas antimachadistas, donde destaca el mitin nacionalista del mayo de 1930 y el alzamiento que provocó la matanza del Corojal en 1931. El movimiento obrero se organiza, sobre todo a partir de las décadas del cuarenta y del cincuenta, así como las organizaciones estudiantiles y campesinas, como parte del auge que va tomando en el país el combate contra las lacras republicanas.
La Generación del Centenario contó con el protagonismo de los artemiseños, de los cuales, 28 participaron en las acciones del 26 de julio de 1953 y algunos de ellos, entre los que estaca Ciro Redondo García (Patriota insigne de la provincia) compartieron con Fidel la etapa de presidio, exilio y lucha revolucionaria, por lo que el 17 de enero de 1959, el Jefe de la Revolución planteara, “…que bien podía llamarse Artemisa, el pueblo más revolucionario de Cuba.”
A partir del triunfo revolucionario de 1959, Artemisa no estuvo ajena al influjo de las transformaciones sociales, económicas y políticas que tenían lugar en el resto del país, se trabajó con mayor interés en la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, en el proceso de nacionalizaciones, en el sector de la vivienda, en el de la salud pública y en la Campaña de Alfabetización, con la incorporación del 85 % de los maestros artemiseños a este empeño. En este orden Artemisa fue pionera en la implementación del plan de las escuelas en el campo, vinculando el estudio con el trabajo como principio martiano, proyecto que se inicia en el país con la fundación de la ESBEC “Mártires de Kent” en este territorio.
De forma especial resalta la participación de artemiseños en la lucha contra bandidos, en territorios cercanos y en otras zonas montañosas del país. Los herederos de estas tradiciones patrióticas combatieron en tierras africanas, aportando 17 mártires a la galería de héroes del municipio.
La rumba es una de las tradiciones culturales más arraigadas del municipio, por lo que varios exponentes de esta manifestación en la Isla visitaron Artemisa, como por ejemplo Chano Pozo. La música campesina goza también de preferencia entre los artemiseños, destacándose cultores de este género como Nicanor Cabrera, José Cheo Romero y José Tostón. Desde 1947 las emisora radio Artemisa mantiene su estelar programa campesino “Tierra adentro”
En 1979, con el objetivo de salvaguardar el patrimonio cultural de la localidad, se crean las diez instituciones básicas para desarrollar la cultura (Museo, Librería, Biblioteca, Casa de Cultura, Cine, Galería de Arte, Coros, Bandas, Trovas, Grupos de teatro, siendo estas cuatro últimas humanas)
En Artemisa se desarrolla un amplio movimiento cultural a lo que contribuye la incorporación de un gran número de instructores de arte que laboran como promotores y profesores en las instituciones culturales y escuelas. Además existe un fuerte movimiento de artistas aficionados que enriquece la vida cultural de la villa.
Leer más...